Simplemente deseaba saber mas de ti
Un cuento, para una amiga, Héroe.
Son las 10:00 am, aun recuerdo lo que paso ayer, han sido muchos errores en un día, debería llamarlo, después de todo es mi prometido, pero no... no estoy de ánimos, incluso ahora sigo pensando en ti.
Simplemente deseaba saber más, deseaba mirar a través de tus ojos y lentamente comprender lo que piensas… lo que sientes. Quería adivinar el mundo, el azul, el verde, el frio, el calor, el tiempo, el respirar, el sentirme, el quererme y quizás amarme desde tu perspectiva.
Era raro, por más que trataba de salir solo sentía como entraba mas en el juego, como mi alma se alejaba de la tuya, como las nubes cada vez se hacían más distantes mientras el suelo amenazaba mi existencia con los monstruos de la realidad. Y ahí estabas tú, mirándome con esa sonrisa picara y arrogante de siempre, extendiendo los brazos para recibir la poca cordura que acompañaba mi caída, esa cordura que necesitaba para aprenderte, esa que debía ser extinguida para continuar esta juerga de deseo.
Ahora que miro el futuro pasado de la distancia, me doy cuenta que mientras yo trataba de entenderte tu solo tratabas de confundirme, si, así es, confundirme, enredarme en una maraña de confusiones absurdas cuya única conclusión era la indiferencia y el aburrimiento.
Siempre la misma mierda, se acabo este cigarrillo, no tengo fuerzas para ponerme de pie y encender otro, recuerdo tu mano, esa que tocaba mi hombro y giraba mi cuerpo para después empujarme y reír de mi ilusión, recuerdo la alegría hipócrita que brillaba en tus ojos cuando venia aquel – el otro- a consolarme, a devolverme la fe en la vida que tú me quitabas. ¿En qué piensas cariño? Los enredos del cielo, los misterios de la luna, lo que sientes… ¿será que sientes aquello que dices que sientes? Creo que no.
Existen muchas dudas, ahh… perder el tiempo, debo levantarme, los problemas no se solucionan solos y este país si que los tiene, como quisiera que alguien hiciera por mí lo que yo hago por los otros. Maldita y frustrante vida, solo tengo 3 horas para llegar el trabajo, 3 horas para salvar la vida de los demás mientras la mía se hunde lentamente, falta solo una semana para el suplicio de mi boda… aun no puedo dejarte de lado.
Mi auto esta averiado, caminare, unos vaqueros y un jersey no son lo mejor para el invierno, pero al menos me permiten sentir el frio, aun amo el frio, lo amo porque me recuerda la vida, mejor dicho mi vida, una vida en la que nunca ha existido nada cálido, como me gusta esto, es como si por un instante pudiera vivir en mi consciencia, esa que hace mucho tiempo no visito.
¿Te acuerdas del día en que nos conocimos? Si que estaba enojada aquella tarde, no solo había perdido mi guión para el trabajo, también me di cuenta de lo de mi padre, querido mío extraño tus brazos aliviándome del frio, extraño tu aroma a vino con helado de vainilla.
Norisa
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